manifestación



Ya me iría mejor, ya, si fuera banquero, cura o político, alguna de las tres quizá, o las tres juntas, o ser, al menos, en ninguno de los casos, un amigo del alma, quizá esto mejor, de alguno de los mentados anteriores, de esos que se quieren una jartá. No pagaría IBI, ni pasaría por la cárcel, me saltaría las vistas con Hacienda, tendría ingresos maquillados y variopintas mujeres desleonadas. Pero no soy más que un humilde ladrillo, Pedro, hijo de piedra, crecido al calor de un país de pandereta, en las inmediaciones de un banco notorio, un día de primavera, que ve su fin al frente, que se asusta, que está temblando desde hace tiempo, me llamo Pedro, hijo de piedra, agitado en la mano de un jovenzuelo requemado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario