"Un día, la realidad se percatará de que el corazón de la poesía está frío. O que la poesía no tiene corazón, sino unos ojos enormes y un oído muy fino. De pronto, la realidad comprenderá que no ha sido para la poesía más que un pozo inagotable de metáforas, y se esfumará. La poesía se quedará sola en el mundo, muda, vacía, triste e intransmitible."
[Zagajewski, Adam. Dos ciudades. Trad. de Jerzy Sławomirski y Anna Rubió. Barcelona: Acantilado, 2006. 206]
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